Los "Països Pierolans"... Un paraiso tropical hace 13 millones de años
LA VANGUARDIA
Un día en la vida de Pau
Flash-back a la selva tropical en que vivía el antropoide de Els Hostalets de Pierola
JOSEP CORBELLA - 19/11/2004
Barcelona
Con su metro de altura, sus 35 kilos de peso y su hogar en los árboles, la vida de Pau era parecida a la de un chimpancé. Le gustaba comer fruta, aunque no despreciaba vegetales sin fructosa cuando apretaba el hambre y también comía insectos y otros animales pequeños para llenar el depósito de proteínas. Se sabe, por la longitud de los colmillos, que era una macho adulto. Y que murió joven, porque aún tenía la dentadura en muy buen estado. Pero no se sabe cómo murió.
Tampoco se sabe si tenía una inteligencia comparable a la de un chimpancé, que es capaz de utilizar palos como herramientas para cazar hormigas o piedras como yunques para cascar nueces. "No hemos encontrado la parte posterior del cráneo, por lo que no podemos calcular el tamaño de su cerebro", explica el paleontólogo Salvador Moyà, que ha estudiado los fósiles de Pau.
Dado que murió joven, "suponemos que le cazaron, tal vez un día que bajó de un árbol en busca de agua y un depredador le pilló desprevenido. Pero no tenemos modo de saberlo con certeza", aventura Salvador Moyà. Después una manada de carroñeros, probablemente ancestros de las hienas, se hizo con los restos de la presa y, en cuestión de minutos, devoró lo que quedaba. "Esto sí lo sabemos, porque los fósiles aparecieron esparcidos, como ocurre cuando un grupo de hienas se reparte un botín. Y porque algunos de los fósiles presentan marcas de dientes".
Catalunya tenía en aquella época, hace trece millones de años, clima tropical. Los Pirineos estaban creciendo de terremoto en terremoto y no se había formado aún el Mediterráneo. El mar Tethys bañaba la costa en su lugar, aunque tenía una silueta completamente distinta.Aorillas del Tethys crecía una selva cálida y humedad, colmada de vegetación, parecida al hogar actual de los orangutanes en Borneo.
Para la fauna era un paraíso. Los fósiles encontrados junto a los de Pau en los 60 metros cuadrados escasos que se han excavado en Els Hostalets de Pierola lo confirma. El lugar, con sus restos de elefantes primitivos, rinocerontes, ardillas voladoras, ciervos varios, pequeños carnívoros pequeños y sobre todo tortugas, muchas tortugas, es un supermercado de fósiles.
No se han encontrado, por el contrario, ni antílopes ni bóvidos, especies que prefieren moverse en campo abierto que adentrarse en selvas cerradas. "Es un detalle significativo que nos indica que el lugar en que vivía Pau era una selva densa", señala Moyà.
La riqueza de la fauna es una de las razones por las que dos de las especies más importantes para entender la evolución de los primates, el driopiteco Jordi y ahora el pieralopiteco Pau, se han descubierto en Catalunya. Aquí habían conseguido instalarse estas especies, mientras que en otros continentes como América o Australia no habían llegado. Pero hay otra razón: las comarcas del Vallès, el Penedès y el Anoia -y en menor medida el Empordà, la Selva, la Cerdanya y l´Alt Urgell- son una de las regiones más ricas de Europa en sedimentos de entre 6 y 18 millones de años de antigüedad, la época en que los primates pasaron de la posición cuadrúpeda a la posición vertical
Un día en la vida de Pau
Flash-back a la selva tropical en que vivía el antropoide de Els Hostalets de Pierola
JOSEP CORBELLA - 19/11/2004
Barcelona
Con su metro de altura, sus 35 kilos de peso y su hogar en los árboles, la vida de Pau era parecida a la de un chimpancé. Le gustaba comer fruta, aunque no despreciaba vegetales sin fructosa cuando apretaba el hambre y también comía insectos y otros animales pequeños para llenar el depósito de proteínas. Se sabe, por la longitud de los colmillos, que era una macho adulto. Y que murió joven, porque aún tenía la dentadura en muy buen estado. Pero no se sabe cómo murió.
Tampoco se sabe si tenía una inteligencia comparable a la de un chimpancé, que es capaz de utilizar palos como herramientas para cazar hormigas o piedras como yunques para cascar nueces. "No hemos encontrado la parte posterior del cráneo, por lo que no podemos calcular el tamaño de su cerebro", explica el paleontólogo Salvador Moyà, que ha estudiado los fósiles de Pau.
Dado que murió joven, "suponemos que le cazaron, tal vez un día que bajó de un árbol en busca de agua y un depredador le pilló desprevenido. Pero no tenemos modo de saberlo con certeza", aventura Salvador Moyà. Después una manada de carroñeros, probablemente ancestros de las hienas, se hizo con los restos de la presa y, en cuestión de minutos, devoró lo que quedaba. "Esto sí lo sabemos, porque los fósiles aparecieron esparcidos, como ocurre cuando un grupo de hienas se reparte un botín. Y porque algunos de los fósiles presentan marcas de dientes".
Catalunya tenía en aquella época, hace trece millones de años, clima tropical. Los Pirineos estaban creciendo de terremoto en terremoto y no se había formado aún el Mediterráneo. El mar Tethys bañaba la costa en su lugar, aunque tenía una silueta completamente distinta.Aorillas del Tethys crecía una selva cálida y humedad, colmada de vegetación, parecida al hogar actual de los orangutanes en Borneo.
Para la fauna era un paraíso. Los fósiles encontrados junto a los de Pau en los 60 metros cuadrados escasos que se han excavado en Els Hostalets de Pierola lo confirma. El lugar, con sus restos de elefantes primitivos, rinocerontes, ardillas voladoras, ciervos varios, pequeños carnívoros pequeños y sobre todo tortugas, muchas tortugas, es un supermercado de fósiles.
No se han encontrado, por el contrario, ni antílopes ni bóvidos, especies que prefieren moverse en campo abierto que adentrarse en selvas cerradas. "Es un detalle significativo que nos indica que el lugar en que vivía Pau era una selva densa", señala Moyà.
La riqueza de la fauna es una de las razones por las que dos de las especies más importantes para entender la evolución de los primates, el driopiteco Jordi y ahora el pieralopiteco Pau, se han descubierto en Catalunya. Aquí habían conseguido instalarse estas especies, mientras que en otros continentes como América o Australia no habían llegado. Pero hay otra razón: las comarcas del Vallès, el Penedès y el Anoia -y en menor medida el Empordà, la Selva, la Cerdanya y l´Alt Urgell- son una de las regiones más ricas de Europa en sedimentos de entre 6 y 18 millones de años de antigüedad, la época en que los primates pasaron de la posición cuadrúpeda a la posición vertical
