¿Nuclear sí o nuclear no?

El Consejo de Seguridad Nuclear se encuentra estos días ante la decisión de renovar la licencia de explotación a la central nuclear de Garoña (Burgos). Sabemos que el presidente del gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero es partidario de su cierre, pero que se enfrenta a muchos miembros de su gabinete que son partidarios de la prórroga. 

Greenpeace se ha lanzado a difundir que el cierre no tendrá ningún impacto en las tarifas de la electricidad (Ver enlace) y otras voces nos indican que según las tendencias de aumento de consumo no podemos prescindir de ella. Lo cierto es que el modelo de consumo actual no parece ser sostenible. El debate sobre el mix de generación se debería llevar a cabo de una manera más seria y menos precipitada: nos va en ello el cumplimiento del tratado de Kyoto y, por tanto, el futuro del planeta. 

Es muy probable que el cierre de las centrales nucleares no se deba realizar ahora, sino dentro de 50 ó 100 años. Cerrar una instalación de este tipo no es tan sencillo como echar la persiana de un comercio: el proceso de cierre requiere un desmantelamiento minucioso y caro. Además, la opción nuclear está vigente en toda Europa: cerrar nuestras centrales no nos aleja demasiado del riesgo nuclear, sólo unos cientos de kilómetros (Ver: centrales nucleares en Francia). En el conjunto de los países europeos la media de la contribución al mix energético está en el 33% (En Suiza, en invierno, el 45% de la electricidad consumida es de origen nuclear).

El debate debería estar precedido de un estudio riguroso y neutral sobre los costes, las alternativas y los riesgos... y no debería verse enturbiado por los intereses de las compañías propietarias de estas instalaciones que manejan los datos y las informaciones que se vierten a los ciudadanos, convocando al espantajo de las subidas de precios.